2. LÁMPARAS DE VAPOR DE MERCURIO A MEDIA PRESIÓN

2.2. BUEN FUNCIONAMIENTO DE LAS LÁMPARAS
 
   
   
 

Uno de los aspectos más importantes para el buen funcionamiento de la lámpara se obliga a que ésta tenga que colocarse en posición perfectamente horizontal puesto que, en caso contrario, la deposición del mercurio detrás de los elec­trodos al apagar la lámpara impediría un posterior buen arranque. Generalmente se admite una tolerancia de +/- 4 grados de inclinación. No obstante, ya existen lámparas especialmente preparadas para trabajar en vertical. En todas las lámparas de descarga las características de intensidad/ voltaje son inversamente proporcionales: cuando la lámpara está fría el voltaje es bajo y la intensidad elevada hasta que progresivamente la intensidad cae y el voltaje crece y toma sus valores nominales de trabajo si está en condiciones ideales de refrigeración. La temperatura nominal de trabajo en el bulbo o ampolla de la lámpara es de 600 a 800 Cº dependiendo de su potencia en W/Cm. y para los cuellos de las lámparas es de 250 Cº

Por lo dicho en otros apartados, se deduce que el flujo luminoso máximo de la lámpara no se consigue hasta que no han transcurrido algunos minutos y el mercurio se ha vaporizado por completo. A este tiempo previo se le conoce como tiempo de encendido , que oscila alrededor de los dos minutos. Del mismo modo, es necesario que transcurra un tiempo entre el instante en que la lámpara se apaga y el momento en que esta puede volver a ser reencendida, a este lapso de tiempo se le denomina tiempo de reencendido , que normalmente es de mayor duración que el tiempo de encendido, y es el tiempo que transcurre hasta que la presión de vapor desciende lo suficiente como para que pueda volver a generarse el arco.

La alta temperatura de trabajo de estas lámparas, imposibilita que se use el vidrio normal para la fabricación de las ampollas. Las lámparas se fabrican con cuarzo vitrificado. Actualmente existen tres de calidades de cuarzo, de las cuales cada fabricante de lámparas UV determina la calidad que desea para sus lámparas. A mayor calidad del cuarzo, más paso de radiación ultravioleta permite.

El problema que surge con el uso del cuarzo en la fabricación de estas lámparas es que las manchas - de barniz, tintas, resinas o de cualquier otro tipo - producen la desvitrificación del cuarzo y en consecuencia la perdida de los gases encapsulados en la ampolla; afectando la vida de la lámpara. No suelen afectar las manchas producidas por la manipulación manual, pero si que es imposible limpiar las huellas de los dedos después de encender la lámpara, por lo que se aconseja limpiar las lámparas con alcohol o algún disolvente antes de encenderlas si es que las hemos sujetado por el cuarzo en el momento de cambiarlas.

Otro posible problema relacionado con la temperatura nominal de trabajo de las lámparas ultravioleta es el la excesiva o la insuficiente refrigeración del equipo. Este aspecto es tan crucial que, de no ser conscientes de ello, nos podría hacer llegar a creer que existe una anomalía o problema en dichas lámparas. Si existe una falta o ausencia de refrigeración sube la temperatura de la lámpara y ésta emite más radiación pero acortando su vida útil. Si por el contrario existe una excesiva refrigeración nos encontraremos que la lámpara tendrá más tendencia a apagarse y nos dará un curado más pobre. También en este caso se produce una reducción de la vida útil de la lámpara.